Habían pasado ya varias semanas después de aquel encuentro en el que Danna me había hecho penetrar a su hermana Sam. Ahora sucumbiría ante sus fetiches y perversiones.
La primera semana apenas y les dirigía la palabra pues me carcomía la culpa de que Sam haya sido partícipe de ese encuentro sexual perverso pues yo la veía como una hermanita o incluso mi hija. Pero afortunadamente solo fue la primera semana pues después de eso volví a tener esos pensamientos sucios y recordando aquel encuentro en el cual había disfrutado como nunca. Por culpa de Danna ya no podía ver a su hermanita con otros ojos que no fueran de perversión y morbo, sobre todo cuando pasaba desnuda por la casa mientras su madre trataba de atraparla para meterla a darse un baño, yo en esas situaciones solo me reía para no ocasionar sospechas. Aunque dudo que la madre de Danna sospechara de mi en esa forma pues se notaba que me tenía confianza para todo.