Hola mis lectores, hoy quiero contarles algo que me viene pasando todas las mañanas, que me hace fantasear.
Cada mañana me despierto y voy al trabajo en un colectivo, donde muy seguido me cruzo con una chico, que se ve de mi edad, y es muy lindo. No siempre nos cruzamos, pero cuando lo veo subirse un par de paradas después de la mía, no puedo dejar de mirarlo. Nunca hablamos, por lo general estamos en distintos lugares del colectivo pero en más de una ocasión intercambiamos miradas y me pregunto si le parezco linda. Tengo el pelo castaño claro, largo y lacio, y aunque por lo general me visto formal para el trabajo, se pueden ver mis grandes tetas.
Este chico es alto, tiene el pelo rubio oscuro y los ojos verdes, tiene cara de chico bueno, lo que hace que me muera de ganas de sentarme en su carita y ver qué puede hacer. Una vez yo estaba sentada del lado del pasillo y él, parado, al lado mío. En un momento el colectivo dobló fuerte y su bulto quedó a la altura de mi cara, y no les puedo explicar la tensión sexual que sentí. Ese día hasta el roce de su pierna con la mía me hizo estremecerme. Hoy yo estaba sentada al fondo del colectivo, y él en los asientos dobles del costado.
Primero iba parado y yo no podía parar de mirarlo, cuando él me veía yo corría la vista porque me ponía nerviosa, y después pensé que tal vez estaba todo en mi cabeza pero cuando se sentó en los asientos del costado (que están adelante de los del fondo), podía ver cómo se daba vuelta sutilmente, viendo hacia atrás donde estaba yo, haciendo como que miraba para el costado. Yo creo que era obvio que lo estaba mirando porque en cada momento donde él no me miraba a mí, yo lo miraba a él. En fin, sentí mucha tensión y me moría de ganas de hablarle pero estoy en pareja y no puedo. Pero estos días intento adivinar en qué horario se sube él sólo para poder cruzarlo en el colectivo y admirarlo. Ahora quiero contarles lo que me imagino haciendo con él si me animara a hablarle.
Me gustaría que estemos solos en el colectivo, sentados en distintos lugares pero mirándonos, hasta que él se para y se acerca hasta donde estoy yo, y me dice que hace mucho tenía ganas de hablarme pero no se animaba. Yo tendría puesta mi falda de oficina, al cuerpo, y una camisita que apenas pueda contener mis tetas. Nos sentamos en los asientos dobles, del lado del colectivero para que éste no pueda vernos. Él me besa, deslizando su mano por mi pierna suave, hasta llegar al borde de la falda. Le pido que siga, mientras acaricio su bulto sobre el pantalón. Él me sube la falda dejándome en culo, mostrando mi tanguita que apenas me tapa. Se sienta acomodándose entre los dos asientos, hace que me pare en el espacio entre sus piernas, me da vuelta y me pega una cachetada en el orto. Me masajea el culo con las manos, apretando fuerte. Me da besos en todo el culo, raspándome con el crecimiento de su barba que se afeitó hace unos días. Me pone frente a él, desabrocha los primeros botones de mi camisa dejándome en corpiño, a juego con la tanga.
Me sienta apoyando mis rodillas a los costados de los asientos, dejando mis tetas a la altura de su boca para que juegue con ellas. Succiona mis pezoncitos y me mordisquea, haciendo que empiece a mojarme. Se saca la pija del pantalón, la acomoda en la entrada de mi vagina y me la mete de golpe. El movimiento del colectivo hace que se sienta mil veces mejor cada penetración. Él me sostiene para que no me caiga, haciendo que estemos más cerca. Me besa con ganas, intentando tapar mis gemidos. Después de un rato me levanta y me da vuelta, haciendo que me siente en su pija de espaldas, agarrándome de las tetas. Su pija está llena de mis fluidos, y en vez de metérmela en la vagina de nuevo, me abre el culo con las manos y me hunde la pija haciéndome un anal muy duro.
Me tapa la boca para que no grite porque tengo el culito muy apretado y su pija entró a la fuerza, haciéndome sentir un dolor muy fuerte pero extremadamente placentero. Con la otra mano me masturba el clítoris, me mete dos dedos en la concha y me recorre toda la vagina mojadísima. Trato de aguantar los gritos para que el colectivero no se dé cuenta de todo lo que estamos haciendo, y ruego que nadie más se suba al colectivo para no tener que parar. Ni siquiera sé su nombre pero sé que quiero que me llene el orto de leche. Comienzo a moverme más rápidamente, y junto a su movimiento y el del colectivo, me doy cuenta de que en cualquier momento va a explotar. Le pido que me acabe adentro, algo que me fascina. Que me llene toda de su lechita. Él baja la velocidad para aguantar un poco más sin acabar, y por un momento nos quedamos quietos, dejando que el único movimiento sea el del colectivo. Me agarra del cuello ahorcándome con fuerza mientras me susurra al oído lo puta que soy.
Esto hace que me vuelva loca y comienzo a moverme muy rápido, apretando al máximo mi culito para absorber su pija. Me masturbo con los dedos de una mano el clítoris mientras siento el orgasmo anal a punto de llegar. Exploto en un orgasmo muy fuerte de los dos lados, por un lado mi clítoris palpitando y por otro mi culito. Sigo moviéndome hasta que lo escucho que no puede más y siento su espeso semen llenarme mi agujerito. Nos quedamos así unos segundos, yo sentada en su pija, él con la mano en mi teta. Me levanto y me acomodo la falda y la camisa, él se abrocha el pantalón y viajamos unos minutos más sentados juntos hasta que llego a mi destino. Me levanto para bajarme, sabiendo que por debajo de mi pollera comienza a escurrir un chorro de semen. Recorre mi pierna y llega hasta el piso, y lo miro a los ojos, sabiendo que es suyo. Me bajo así y lego al trabajo toda lecheada, donde me limpio y arranco mi día como si nada.
Espero que lo hayan disfrutado, todo esto me imagino cada vez que veo a este chico en el colectivo, ojalá algún día pueda cumplir esta fantasía. Me cuentan en los comentarios si alguna vez tuvieron una fantasía similar con alguien desconocido pero que ven seguido?
Besitos, Lola.