Esta confesión ocurrió hace ya 15 años, actualmente tengo 35 años me encuentro casada y con dos hijas, en ese entonces yo tenia 20 años me encontraba trabajando por las tardes como cajera en un restaurante, para pagar mi carrera en la universidad, el restaurante solía cerrar a las 11:30 de la noche pero era común que yo saliera alrededor de la 12:30 ó 1 de la mañana pues debía hacer mis cortes e inventarios, así como pasar mis reportes a mi encargado, el restaurante estaba ubicado en una calle privada dedicada para negocios como restaurantes, bares y hoteles, no era una calle larga pero si ancha al centro de la calle había, un camellón bastante amplio lleno de arbustos y arboles muy bien cuidados, era un camellón que hacia un poco de jardín y gracias a la cantidad de plantas, arbustos y arboles algunas personas de la calle solían dormir en él, por las noches pues era un lugar solitario por las madrugadas, en general los vagos no se metían con nadie solo dormían y se iban por la mañana sin embargo en algunas ocasiones solían hostigar a las mujeres que salían solas.
Un día salí bastante más tarde que de costumbre, casi a las dos de la mañana, pues mi encargado se retiro de imprevisto y me encargo algunas de sus labores, al finalizar me despedí del cuidador del local prendí un cigarro y me marche era inicio de semana por lo que los bares estaban cerrados y por la hora los hoteles solo mantenían la luz de la recepción prendida, mientras caminaba a la avenida principal para tomar un taxi, noté a dos chicos entrar en la privada ya los conocía pues era muy común verlos en la zona por las noches, por su caminar se notaba que estaban drogados, pero no le di mucha importancia y continué, al taparlos de frente unos metros adelante me cerraron el paso y me pidieron un cigarro, para evitar problemas accedí, metí mi mano en mi bolso para buscar la cajetilla y el encendedor, mientras uno de ellos me rodeo por detrás, me miraban de arriba a abajo, debo decir que me gustaba vestir coqueta y la verdad es que soy bonita y tengo un buen cuerpo y en ese entonces era aun mejor, por los nervios no lograba sacar los cigarros de repente el chico que tenia detrás tomo mi falda que no era muy larga y la subió, yo grite al instante y ellos salieron corriendo hacia el camellón, yo hice lo propio hacia la avenida, por suerte un taxi pasaba y lo aborde de inmediato, al llegar a casa no pude evitar llorar aunque no se por que, pues también me día cuenta de algo y es que no solo me habían asustado, no había solo sentido miedo, esa acción me había excitado terriblemente, incluso podía sentir mis bragas completamente empapadas.
Los días pasaron y yo no podía dejar de pensar en ese evento, cada día lo recordaba y mi ropa interior terminaba de la misma forma, por las noches incluso lo soñaba, comencé a fantasear con ese evento, deseaba que se repitiera, al salir del trabajo aveces los veía algunas veces me decían cosas obscenas o sonreían, yo los ignoraba pero eso solo hacía que yo deseara aun mas que se repitiera y que culminara en algo más en mucho más. pasarían cerca de dos semanas cuando ya no pude contener mas mi deseo y decidí llevar a cabo mi fantasía, lo planee a detalle por unos días me vestía aun más sugerente que de costumbre, a propósito salía más tarde para encontrarlos mas seguido, quería que me vieran que me desearan, que como yo imaginaran tomándome como su puta.
Por fin el día llego, un domingo por la noche era el mejor momento, el restaurante traía mucho trabajo por lo que podía hacerme tonta y salir más tarde, los bares solían cerra temprano, y la calle en general esta más vacía por la noche, desde que comenzó a oscurecer los estuve observando los veía entrar y salir de la privada, los mire entrar en su típico escondrijo en los arbustos, por fin un poco antes de la una de la mañana, decidí a salir pues los había visto sentados en la banqueta seria el momento ideal, me apresure a entregar mis cortes y tomar mi bolso, me despedí y salí rápidamente, sin embargo en ese corto lapso de tiempo se esfumaron, incluso los busque en el camellón, pero no tuve éxito, me senté un momento en el camellón ahí donde ellos solían dormir, prendí un cigarro y lo fume lentamente pero no aparecieron, salí entonces de ahí, camine hacia la avenida para ira casa, entonces los vi como la primera vez dando vuelta hacia la privada, yo estaba apunto de subir unas escaleras que llevaban a la avenida, las piernas me comenzaron a temblar, sentía un sudor frio pero seguí mi camino pese a todo no hice nada por alentarlos solo subí las escaleras, entonces uno de ellos bastante alto, con una voz entre cortada y ronca me dijo.
– Hola mi amor, me regalas un cigarro.
-Si… respondí con la voz temblorosa, igual que mis manos que intentaban abrir mi bolso para sacar los cigarros, el otro chico un tanto mas bajo con un rostro que aparentaba ser muy malo se sentó en las escaleras a un costado de su amigo, miraba mis piernas con mucha obviedad incluso se agachaba esperando ver algo más, en ese momento sentí nuevamente esa excitación tremenda, mi ropa comenzó a humedecerse lo sentía, estaba lista para ser usada por esos dos chicos.
Saque los cigarros y el encendedor ellos tomaron uno cada quien prendí el mechero y se los acerque, mis manos temblaban, ellos rieron el mas alto me tomo las manos y se acerco para encender el cigarro, el segundo se paro de golpe, se coloco a mi costado y se acerco también.
-¿Por que estas nerviosa linda?, no te vamos a hacer nada, _se rieron nuevamente_
Yo solo sonreí, metí de nuevos mis cosas en mi bolso.
El chico con cara de malo, me dijo que como había compartido mis cigarros ellos también harían lo mismo, saco un cigarro armado de su bolsillo, era obvio que no era cigarro, me lo dio yo lo tome y lo prendí con unos cerrillos que me ofreció. La verdad eso me relajo muchísimo ya no sentía el temblor de mis piernas me senté en la escalera, sin darme cuenta una de mis piernas dejaba mi falda un poco arriba dejando ver mis bragas no la acomode, al ver que lo notaron me sentí excitada el chico con cara de malo se colocó enfrente par ver todo lo que mi falda dejaba escapar, me comenzaron a hacer platica, comenzaron a fumar del cigarro que me habían dado, hasta que se acabo, hablaban mucho y por sus miradas estaban a gusto con mi presencia pero no me insinuaban nada tampoco se me acercaban mucho, hasta que les dije si tenían mas cigarros me dijeron que si quería podíamos fumar en el camellón para estar mas cómodos, accedí contenta el malo me dio la mano para levantarme, caminamos por la calle hasta el escondrijo donde ya había estado hace unos minutos antes.
-Toma asiento me dijo el mas alto, mientras tendía un cartón en el pasto para que me sentara.
Me senté ellos se sentaron de frente miraban hacia mi falda esperando otro descuido , abrí mi bolso y saque los cigarros y el encendedor, los coloque en cartón ellos sacaron otro cigarro comenzamos a fumar de nuevo, yo no estando acostumbrada a esos cigarros me encontraba muy relajada, entonces pensé en invitarles un paquete de cerveza saque mi cartera y les di dinero el malo lo tomó y mandó al alto a comprar cerveza y una botana, el accedió de mala gana, al quedarnos solos el malo se sentó a mi costado y comenzó a interrogarme de donde era que hacia etc, en algún momento colocó su brazo sobre mis hombros su mano colgaba cerca de mi seno pero no lo tocaba entonces bajo su mano a mi cintura como midiendo el campo, al ver que no lo detenía toco suavemente mi trasero yo solo reí, el se sintió a gusto subió su mano y la coloco sobre mi hombro, luego comenzó a masajear sobre mi blusa mi seno, yo estaba muy excitada se lo permití sin mas. Entonces soltó un botón de mi blusa y metió la mano bajo mi brassiere, acerco su cara a mi cuello y comenzó a besarme y olerme, estaba muy excitada, no me importaba estar ahí sola a su merced ni el olor tan fuerte a pegamento y mugre que emanaba, el alto atravesó entonces de un salto los arbustos y coloco un paquete de cerveza y unas bolsa de patatas en el suelo.
El malo me soltó tomo una cerveza y la abrió para mí, tomamos un rato, nuevamente solo hablábamos, entonces el malo nuevamente se me acerco esta vez coloco su mano en mi muslo, la bajo lento mientras hablábamos, con sus dedos apenas toco mi entrepierna, estaba muy mojada saco su mano y la olio, el alto solo reía yo lo mire y le dije si no quería, se abalanzo sobre mi coloco sus manos en mis pechos sobre la blusa yo lo detuve, lo hice retroceder desabroche mi blusa y me saque el brassiere le dije que volviera a tocar si quería, el se lazo nuevamente esta vez con su boca comenzó a lamer y morder mis pezones, comencé a gemir de lo rico que sentía, entonces sin retirar la cara de mi pecho metió sus manos debajo de mi falda y comenzó a masajear mis nalgas, dándome ligeros pellizcos que solo me provocaban gemir mas, consciente de que estaba en plena calle intentaba disimular mis gemidos pero inevitablemente, salia alguno fuerte de vez en cuando, entonces me soltó se hinco frente a mi y se desabrocho el pantalón saco su verga con la mano y me dijo que se la chupara, me puse de rodillas frente a el tome mi bolso y saque un condón lo coloque en su pene que era de un tamaño promedio, lo masturbe un poco y luego me incline sobre el y me lo metí en la boca, estaba tan excitada que lo metía todo de golpe, por alguna razón el aroma que emanaba el cual no era nada grato me excitaba a un mas.
Mientras estaba inclinada sentí las manos del malo en mis nalgas, tocándolas como examinándolas entonces sentí su miembro humano entre ellas, de exabrupto me detuve en mi labor lo tome con una mano y lo masturbe mientras con la otra buscaba otro condón lo coloque con cariño, una vez en su lugar me incline nuevamente y seguí chupando el miembro de mi amigo alto, el malo continúo con lo que estaba haciendo levantó mi falda sobre mi espalda hizo a un lado mi calzón y me la metió de golpe yo estaba tan mojada que no opuse resistencia, solo pude callar el gemido de placer que sentí al sentir ese miembro dentro, por la verga que tenía en la boca, sin embargo cuando comenzó a bombearme, no lograba mantener el control y comencé a gemir como loca no me importaba estar en la calle siendo usada como una perra, el alto se molesto por que no podía detenerme para chupársela más, por lo que me tomo de la nuca y el comenzó a cogerme por la boca, sentía su verga en mi garganta, sus huevos chocaban con mi barbilla , creí que me iba a ahogar con ese miembro duro en mi garganta cuando de pronto la saco.
Le pidió al malo que cambiaran de lugar que ya casi terminaba y quería cogerme, el accedió se rotaron el malo se sentó con las piernas abiertas yo me incline frente a el con la nalgas al aire dispuestas para mi otro amigo, quien entro con suavidad, me bombeaba con bastante ritmo no era tan agresivo como el otro pero se sentía riquísimo, de vez en vez se detenía lo sacaba y me lo enterraba de nuevo, entonces, me lo saco, lo coloco en mi entrada y lo movía como haciendo círculos sus manos me masajeaban las nalgas y las tetas se recargo sobre mi, con una mano me tomo de la cintura y con la otra tomo su verga y la dirigió a mi ano, el cual penetro con un poco de dificultad al inicio pero sin problemas mayores, yo no pude evitar gritar un poco mas fuerte que antes, esta vez de dolor, comenzó a cogerme con mas dureza que antes me derrumbe sobre mi otro amigo coloque mi cara en su entrepierna sin chupársela, nunca me habían cogido por el culo de esta manera y esta vez un vagabundo me lo estaba rompiendo, sin embargo el dolor cambio por placer y comencé a gemir intentando ahogar mi emoción para no ser descubierta, entonces sus dedos se enterraron en mi cintura y un gemido declaro el final se mantuvo dentro de mí por un momento mientras se vaciaba entonces se salio de golpe, y se recostó a fumar.
El malo se paso atrás mío entonces y como la primera vez me la metió de golpe, sentía sus manos aferradas a mi cintura y nalgas era mas rudo que el otro, pero también era mayor el placer que me provocaba, entonces me metió un dedo en el culo mientras me cogía, el placer fue gigantesco, me encontraba con la cara en el pasto mordiendo mi muñeca para no gemir, se detuvo de golpe y me saco su dedo y su verga, me saco la falda y me dijo que me acostara boca arriba, me recosté sobre los cartones, abrí las piernas para él, quien saco mis bragas y las boto a un costado mío, se inclinó sobre mí me comenzó a lamer las tetas mis pezones duros he hinchados recibían con gozo a sus dientes y lengua, se arqueo sin dejar de chupar mis tetas y me ensarto nuevamente su pene, solo podía tapara mi boca con la mano para no gritar de placer, continuo así por unos minutos, el alto aun tenia su pene de fuera que mantenía semirrecto con su mano, mientras con la otra tocaba lo que se le antojara de mi cuerpo, entonces el malo saco mis tetas de su boca se arrodilló entre mis piernas, me tomo una pierna del tobillo, la levantó sobre él, juntandola con la otra entonces tomo ambas las levanto en un hombro y me penetró de nuevo a esas alturas yo había terminado varias veces, ya solo era un costal para su gozo, no tardo mucho en esa pose, bajo mis piernas abriéndolas para él, creí que me cogería de nuevo pero solo se saco el condón y se masturbo en mí, su leche caliente callo sobre mi abdomen la sentía en mi ombligo, haciendo una pequeña posa, no hice nada con eso solo me quede recostada sobre los cartones, con las piernas abiertas, mi amigo el alto aun masturbándose se acerco a mí y dejo caer un poco de leche en mis cuello, bastante poca en realidad por alguna razón solo sonreí y le agradecí, apenas sin fuerza me acomode sobre recargada sobre un árbol, me sentía muy feliz no quería que terminara ese momento, esa sensación de haber sido cogida por esos dos chicos como una perra en plena calle, tome un cigarro y lo fume, sin vestirme, el malo tomo algo como una camisa y la puso en mi espalda como respaldo para que el árbol no me lastimara, mientras terminaba mi cigarrillo, completamente desnuda, mientras aun se divertían acariciando mi cuerpo a su gusto, alcance a ver entre los arbustos la figura de un hombre mayor, también de la calle mirándome pero no me importo continué tendida fumando completamente desnuda para ellos.
Mas por el frio de la madrugada que por incomodidad o deseo, busque mi ropa para cubrirme sin embargo solo encontré mi falda y blusa, comprendí al ver sus rostros que habían de conservar mis interiores como trofeo. Después de un rato platicando y bromeando me despedí de ellos y me marche a mi casa, pues ya estaba aclarando y no quería que la gente del lugar me viera en esas condiciones, lo que paso esa noche no se volvería repetir, aunque aun tarde algunos meses trabajando en ese lugar, solo nos volvimos amigos de vez en cuando tocaban algo sobre la ropa pero nunca lo intentarían de nuevo.
Por EmmaRebeca