EDITORIAL
Queridos amigos, patrocinadores y lectores casuales:
En estos días de reorganización y pulido de archivos, he comenzado a subir nuevamente muchas de las películas que en su momento compartí en calidades inferiores. Creo —y espero— que aprecien el esfuerzo: no se trata solo de mejorar la imagen, sino de devolverle dignidad a materiales que forman parte de nuestro archivo erótico y emocional.
En la sección Yo Puta, por ejemplo, encontrarán una de esas series porno que, pese a estar en calidad baja, sigue mereciendo ser vista. ¿Por qué? Porque representa una época distinta, más libre, más creativa y menos domesticada.
Es triste reconocerlo, pero muchos sitios que antes arriesgaban con producciones frescas y transgresoras, hoy están en manos de grandes consorcios que han borrado el riesgo y la autenticidad en nombre del algoritmo y la monetización masiva. Esa pornografía, la de los primeros años del siglo, sabía provocar con elegancia sucia. La actual, muchas veces, ni siquiera sabe mirar.
Por eso mismo, este proyecto —que en noviembre cumplirá 12 años— sigue siendo independiente. Ustedes lo saben: la única censura aquí es la que yo aplico. Pero también es cierto que si queremos que Lascivia crezca, llegue a nuevos sectores y sobreviva a los nuevos tiempos, necesitamos ajustar algunos gestos.
Así que, a partir de noviembre, dejaré de usar desnudos explícitos en las portadas. Seguirán siendo modelos reales, seguiré compartiendo sus packs, pero la imagen elegida será sugerente, con lencería o erotismo más insinuado que evidente. Lo explícito se quedará dentro, como debe ser. La piel siempre será protagonista… pero el misterio también tiene su espacio.
Y hablando de censura: recrudece la vigilancia en Estados Unidos. En varios estados ya se exigirá verificación con documentos oficiales para acceder a páginas porno. No solo es una amenaza a la privacidad, sino un castigo a los espacios que, como este, promueven el erotismo de forma consciente y respetuosa. La responsabilidad no puede recaer en quienes producimos contenido para adultos, sino en quienes entregan dispositivos a menores y no los supervisan: padres, madres, tutores.
Además, quiero compartir una noticia que me emociona: al final he decidido abrir una tienda digital vinculada a Lascivia. Allí ofreceré tanto material ya publicado como contenidos inéditos, seleccionados con el mismo esmero que conocen. Si todo marcha bien, estará lista este mismo mes. La idea es integrar este nuevo espacio a mis actividades cotidianas, sin perder la dedicación que este proyecto merece.
Y si Lascivia les ha gustado, conmovido o servido de compañía, los invito a compartirla. Háblenle de la revista a sus amigos, recomiéndenla en sus redes, si lo desean. Entre más seamos, más fuerte será esta comunidad que resiste con erotismo, belleza y pensamiento.
Nosotros no educamos niños: compartimos placer, ideas, belleza, cuerpos e historias para adultos.
Y seguiremos haciéndolo mientras ustedes estén del otro lado.
Con afecto y complicidad,
Enrique Rojas Román
Editor de Lascivia
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Les dejo un pequeño video para que les sirva de ejemplo
Somos LASCIVIA, Somos Para Gente Grande, esta publicación contiene temas de interés sexual para adultos, si eres menor de edad, esto no es para ti, cada mes tenemos la más grande variedad de temas, este es nuestro índice de agosto 2025
“En agosto, sumamos 10 películas más a la mayor colección de cine erótico en la web. ¡Y todas con subtítulos en español!”
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