La primera fantasía de mi mujer hecha realidad

La primera fantasía de mi mujer hecha realidad

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Mi esposa es una mujer ardiente y muy cachonda, le gusta tener juguetes sexuales, tiene su consolador, su vibrador, un plug de cola de zorra. Gusta usar ropa interior sexy, de encaje, tangas, medias que hacen ver sus piernas hermosas, muy atractivas. Le gusta auto complacerse con sus juguetes y cuando tenemos sexo, le gusta mucho que le haga el sexo oral, que me prenda de su vagina como becerro cuando lo amamantan. Le encanta que chupe sus pezones y le haga el amor de lento a rápido, que le de sus nalgadas y que la bese mucho. Debo decir que mi esposa tiene unos labios carnosos, uff hace maravilla con ellos cuando me hace el sexo oral, cosa que dicho den paso, le encanta. Tiene unos senos normales, bonitos pezones. Tiene buenas nalgas, se depila el pubis dejándose muy poco vello, no se depila totalmente. Tiene una vagina que cuando se excita chorrea deliciosamente, el sabor de sus jugos son saladitos, sabrosos y no puedo negar que me gusta tragármelos todos. Sus piernas son bonitas, bien depiladas y las corona con unos lindos pies que suele cuidarse haciéndose pedicure y pintándose las uñas para que se vean hermosos.

Sin duda mi mujer es toda una dama, que muchos quisieran tener a su lado, sabe cocinar y tiene una cualidad: “sabe hornear pasteles”, los cuales humildemente, le quedan deliciosos. Hacendosa, tiene la casa al 100% y va al gimnasio para estar en forma, mi esposa es una mujer de las que llaman gordibuena.

Por cuestiones de mi trabajo, viajo mucho y de pronto me ausento de casa una o hasta dos semanas, por eso entiendo lo de sus juguetes sexuales y el uso de ellos. Por lo que no me molesta, tanto que aunque no me gusta usarlos con ella cuando tenemos sexo, me da calma saber que se desahoga con ellos en mi ausencia, insisto, mi mujer es mu ardiente y siempre en casa se me anda insinuando.

En una ocasión, después de regresar de un viaje, el cual me mantuvo 10 días fuera de casa, encontré a mi esposa sumamente excitada y con ganas de darme una deslechada, como nunca. Me dijo que en los últimos días antes de mi llegada, se la había llevado excitada, ovulando mucho, por lo cual andaba muy mojada y que en verdad tenía ganas de cobrarse mi ausencia, pero no en casa, quería que saliéramos a un motel, para estar más a gusto y sin pendientes de nuestros hijos.

Ante la ansiedad y necesidad de mi esposa por cobrarse como es debido mis días de ausencia y su falta de sexo, le propuse que esa misma noche nos fuéramos a un motel de la ciudad. Nuestros hijos ya son grandes y se cuidan solos. Le dijimos que iríamos a una reunión y que no nos esperaran. En el camino compre unas bebidas alcohólicas, porque se que mi esposa con unos tragos encima, se pone mas cachonda y se desinhibe mucho más. Así que compré unas cervezas y de casa me traje un tequila don Julio 70.

Hay llegar al motel, le serví una cerveza y yo decidí darme un baño para refrescarme un poco, metiéndome a bañar. Como es común en los moteles, los canales de televisión hay por lo menos 3 canales XXX en la programación. Cuando mi esposa encendió la televisión estaba una película de esas llamadas interracial, en donde un negro con una tremenda herramienta, se estaba cogiendo a una mujer gordita, sabrosa de piel blanca. Al salir, vi que mi mujer en calzón y brasier, ya se había despojado de su vestido, además ya llevaba dos cervezas y pude notar como se tocaba por su entrepierna. Note que las cervezas estaban haciéndole un efecto muy rápido, tal vez por la calentura que tenía reprimida en mi ausencia por lo que estaba muy animosa y deseosa, las escenas de la película la estaban excitando más. Entonces tomé una cerveza y un caballito de tequila, y me acosté a un lado de ella. Veía como no perdía detalle de lo que estaba pasando en la película, veía como el negro con su verga grande, taladraba la vagina de la mujer. Entonces me anime a preguntarle

–         ¿Te está gustando la película? ¿Te gusta como la tiene de grande ese negro?

Ella me contestó con cierta vergüenza me contesto

–         ¡Siií! Con un tono un tanto excitada,

Por su respuesta y veía su excitación, le volví a preguntar

–         ¿Te gustaría ser tú la que está ahí?, ¿Te gustaría tener esa verga negra dentro de ti y en tus manos?

Ella se me volteo a verme y con una mirada algo apenada y de lujuria, me contesto firmemente

–         ¡Si me gustaría mucho!

Al escucharla decir eso, mi verga se paró automáticamente, el solo saber que deseaba tener la verga del negro a su disposición me excitaba de sobremanera. Ante ello empecé a acariciarle su vagina, le quite el brasier, le pasaba mi lengua por sus pezones y al acariciarle la vagina, note su excitación, ya que estaba mojada técnicamente, la película y las cervezas estaban haciendo su trabajo en mi esposita.

Cuando sentí que ya estaba lista le pedí que se subiera encima de mí, pero que ella quedara viendo el televisor. Ella gemía por su excitación, pero porque no perdía detalle de como el negro violaba a esa mujer gordita. Eso me excitaba a mi también ya que mi esposa estaba chorreando sus jugos vaginales como hacía tiempo que no lo hacía y debo decirles que a mi me encanta que mi mujer se moje, me excita muchísimo. Ante los embates de mi esposa y estando a punto de terminar le pedí que se bajara de encima de mí, la puse en cuatro y antes de meterse la por atrás, le comí el coño lo más que podía, me iba desde el clítoris hasta la parte de su ano. El olor de su excitación me ponía más caliente. Así que se la metí en cuatro, hasta que llegué a mi clímax y juntos terminamos en una corrida prolongada. Sin duda ella estaba muy excitada. Yo no sé, si fue por el efecto de la cogida o por la peli que estaba viendo y digo seguía viendo, porque ella no quitaba su mirada de la televisión.

Eso me animo a preguntarle una vez más

–     ¿Qué harías con esa vergota negra?

Ella me respondió de una manera muy lujuriosa

–       No te enojas conmigo si te lo digo?

–         Yo le respondí: ¡Por supuesto que no! Al contrario, quiero saber que sientes, que te gustaría hacer…

–         Entonces ella me respondió: “Le agarraría su verga y se la mamaria desde la punta hasta las bolas, me las metería en la boca cada una, después cuando la tuviera bien dura, me la metería en mi vagina hasta que sintiera sus huevos chocar con mi vagina como una loca. Y no me la sacaría hasta que me llenara con su leche”

Yo me reí con un dejo de perversión y excitación, pensando que le haría pensar eso. Si el alcohol o tal vez en mi ausencia había dejado sus juguetes y encontró a alguien que le daba lo que yo no, aun así, estaba super excitado.

–         Entonces volví al ataque y le pregunte ¿Entonces si te gustaría tener a ese negro cabalgándote y taladrándote tu panochita?

–         Si mucho!!!me contesto y siguió diciéndome, pero yo sé que tu no me dejarías, jamás lo aceptarías.

Al escuchar esas palabras, las cuales me excitaban y a la vez me hacían pensar que tal vez ella en mis ausencias ya había probado otra verga con eso “de pero yo sé que tu no me dejarías, jamás lo aceptarías”.

Aun así, me excitaba solo de pensar en verla en brazos de ese negro y la destrozara toda. Elle seguí absorta a la trama de la película y yo aproveché para acariciarla de nuevo, metiendo mis dedos en su conchita húmeda, mojada por mi leche, pero también por sus jugos vaginales; ella de verdad estaba empapada y yo cada vez más caliente y excitado. Primero le metí dos dedos, después fueron tres y al final cuatro. Al principio parecía que no se podría, pero por su excitación y humedad entraron. Yo se los empujaba más fuerte dentro de su vagina empecé a decirle:

–       Imagina que te está cogiendo ese negro, imagina que mis dedos son su verga que te esta entrando y presionando toda por dentro…

Ella gemía como la mujer de la película, como la puta de la película, mientras ella me decía

–        ¡Que grande la tiene! ¡Cómo me gustaría ser esa mujer para que me tuviera bien ensartada! ¡Ufff que rico me está cogiendo amorcito! ¡La tiene bien grande y bien! Mi mujer estaba muy excitada y rebasando una barrera que antes y en otras circunstancias no hubieran pasado.

Chorreaba en mi mano al ver que el negro se venía abundantemente en la cara de la vieja que se estaba cogiendo y aproveche para decirle

–        “Mira putita, mira que cantidad de leche le esta echando en la cara a esa puta, te gustaría recibir esa leche en tu cara?”

Ella instintivamente se pasó la lengua por sus labios, como imaginado que esa leche se la había echado a ella en la cara y boca, la saboreaba, sin duda imaginaba que era ella.

Yo le seguía metiendo los dedos, cada vez más rápido, mientras ella se chorreaba abundantemente con sus jugos sobre mi mano, estaba super excitada no me quedaba duda.

–         Después le pregunte ¿te gustaría que otro hombre te cogiera así?

–         Ella a punto de tener un fuerte orgasmo, casi gimiendo me dijo ¡Si, si, si, si quiero que me coja otro hombre! Pero no cualquiera, quiero un negro con una verga grande!!! Mientras me lo decía se empezó a correr. Gritaba y se convulsionaba como pocas veces…

Quedo tendida sobre la cama, con las piernas abiertas y estremeciéndose de placer. Aproveche el momento y me monte en ella y le metí mi verga. Yo también estaba muy excitad y le di varias embestidas, no logre controlarme por la calentura y me vine muy rápido dentro de ella, como un loco.

–         Después de lo sucedido le pregunte ¿Te gustó?

–         Ella me contesto ¡Mucho! Yo supongo que se refería a la fantasía que había tenido con el negro de la película. Después de eso nos seguimos tomándonos unos tragos y platicando sobre lo ocurrido.

Ella me dijo que nunca había vivido algo parecido, que durante su primer matrimonio nunca le ocurrió lo que esa noche le había pasado conmigo. Que de hecho su primer esposo había sido un mal amante. Estaban muy chicos y no tenían experiencia previa de ningún tipo. Aunque yo sé que mujercita era muy cachonda desde jovencita, que empezó a mar vergas desde los 14 años, con sus novios en turno. Y esto porque ella me lo confeso en su momento.

Después de eso, dormimos un rato así desnudos como estábamos y al despertarnos nos dimos un baño juntos y nos fuimos a casa, no sin antes hacernos sexo oral mutuamente en la regadera.

Durante los días posteriores, no dejaba de pensar en la fantasía que había tenido mi esposa con el negro y la reacción que ocasiono en ella. Yo también pensaba en lo ocurrido y en las cosas que me había confesado mi esposa. Mi mujer guado silencio durante esos días, no toco el tema para nada, actuaba muy callada y con cierta vergüenza; por lo que decidí hablar con ella.

Después de unos días, estábamos comiendo solos y aproveche la oportunidad para preguntarle que le pasaba y esto respondió:

–        Amor estos días he estado pensando en lo ocurrido en el motel y las cosas que te dije, no sé qué paso, me excite mucho, la película, el alcohol, no se. Nunca me había sentido así, lo siento…

–         Yo le respondí que no se preocupara y que me respondiera con toda sinceridad “A mí me gustó mucho lo que ocurrió, la forma en que te excitaste y te comportaste, te lo digo honestamente, ahora dime ¿Tú también estabas muy excitada, más de lo normal ¿verdad? Le pedí que me contestara con la verdad. Le prometí que no me iba a enojar.

–         Ella con seguridad me respondió “¡Sí! Si me excité mucho, me sentí toda una puta, una cualquiera”

Yo me quede viendo y le pregunte ¿Deberás? ¿En verdad estarías dispuesta a cumplir tu fantasía? Ella me volvió a responder con seguridad ¡SI, siempre y cuando tú lo quieres y me das tu permiso!

Me levante de la mesa y me dirigí a donde estaba sentada y la bese apasionadamente como respuesta de que tenía mi consentimiento. Hablamos sobre el tema y de cómo podríamos cumplir su fantasía, que me dejara realizar todo lo que eso implicaba, es decir buscarle un negro que le cumpliera esa fantasía y coordinar el encuentro. Ella estuvo de acuerdo, recalcándome que ella deseaba cumplir su fantasía con un negro vergudo, no cualquier amante. Quería que su amante fuera negro y vergudo como el de la película vista. También me dijo que, si se podía, que el elegido no fuera de nuestra ciudad. Nosotros vivimos en una ciudad fronteriza del norte de México, lo cual nos daba algunas ventajas, ya que del otro lado hay mucho negro para elegir.

Le deje en claro que el elegido debía saber que ella estaba casada y que yo estaría presente cuando ocurriera el encuentro, que no la dejaría sola y si las cosas se prestan, participaría en un trío. Harás todo lo que te pida yo, pero deberás contar con mi autorización si el amante te pide algo.

Después de escuchar lo que yo le propuse, ella acepto con alegría mis condiciones, al fin y al cabio lo que ella quería era coger con un negro de gran verga. En los días posteriores empecé a buscar posibles candidatos. Así que, al paso de dos semanas, encontré un prospecto de la ciudad de Phoenix, Arizona. Le marque por teléfono y le explique el servicio que requería de él.

Le dije que éramos un matrimonio mexicano y que deseaba cumplirle una fantasía a mi esposa y esperaba que este regalo fuera el día de su cumpleaños, el cual estaba a punto de cumplirlos. Ella estaba por cumplir sus 48 años. El negro elegido y que la disfrutaría, decía tener 50 años. Después de platicar las condiciones y llegar al acuerdo económico, fijamos la fecha para el día de su cumpleaños. Me mando unas fotos de el de cuerpo entero, vestido y desnudo. En verdad ese negro tenía una muy buena herramienta, un cuerpo trabajado en el gimnasio, con su estómago marcado. Más alto que yo, era imponente. Entre las cosas que le dije que quería le hiciera a mi esposa, es que antes de cogérsela le hiciera sexo oral, de tal manera que tuviera su primera corrida antes de que la empalara. Quería que la usara y tratara como una esposa caliente y deseosa de ser usada por él. Que la hiciera sentirse deseada por otros hombres y que le impulsara a ser más abierta con otros que se le acercaran. Una mujer sexy, pero no vulgar. Abierta, pero no con cualquiera.

Un día antes de la fecha establecida, salimos de nuestra ciudad a Phoenix, Arizona. La cual se encuentra a 3 horas y media de la nuestra. Ella me dijo que estaba muy inquieta y deseosa de que llegara el momento del encuentro con su fantasía. Me dijo que se introduciría se bala para quitarse las ganas que traía y le dije que no, que no quería que se tocara o masturbara. Que para eso tenía mucho tiempo, le dije que guardara esas ganas para su amante. La idea era mantenerla lo más excitada posible. Ella muy a su pesar me obedeció y me decía las ganas locas que tenía de estar con otro hombre. Parecía niña con juguete nuevo. Llegamos a Phoenix y nos instalamos en el hotel donde pernoctaríamos esas dos noches, de viernes a domingo. Esa noche tampoco quise hacerle el amor, solo le permití que me diera placer ella a mí, le pedí sexo oral; le indique que no se tocara y que me dejara terminar en sus tetas. Fuimos a cenar y al llegar a la habitación del hotel la obligué a que me hiciera sexo oral y al terminar lo eché mi leche en sus tetas. Le pedí que no se bañara y se quedara con mi semen en su cuerpo, como signo de que ella mi mujer.

El día sábado a media mañana, le mande mensaje a Akeem, el negro que había contratado como regalo de cumpleaños para mi esposa. Le mandé la ubicación del hotel y le recordé la cita a las 21:00 horas. Le advertí que lo esperaría en la recepción de hotel y después pasaríamos a lo nuestro. Mi esposa empezó con su ritual de embellecerse y ponerse lo más apetecible para su amante. Fue al spa del hotel y se depilo el cuerpo, piernas, axilas y se arreglo el pubis, esa parte no se la depilo, se dejo en vello cortito y bien definido. Me pidió que la llevara a un mall donde hubiera una tienda Dillard´s y a una Victorias Secret; a comprarse un vestido en la primera y en la otra lencería para la noche. Alrededor de las 8 de la noche le serví un trago de coñac Macallan Double Cask 30 años que había comprado para la ocasión, se lo serví en las rocas. Y aproveche la oportunidad para volverle a preguntar si estaba segura de lo que habría de pasar con Akeem. A lo que me respondió lo siguiente

–         Si, si estoy segura y si quiero ser poseída por el negro Akeem aunque estoy algo nerviosa; desde que vi la película en el motel, no he podido sacarme de la cabeza esas escenas, pensando que soy yo la que era cogida por ese negro. Además, ya no hay tiempo para echarnos atrás, ya estamos aquí y no quiero decepcionarme a mi misma y a ti. Se que esta fantasía también es tuya, si no, no me lo hubieras permitido y mucho menos no hubieras buscado tu mismo a quien se aprovechara de tu esposita!  

Se respuesta me dejo claro que ella quería y estaba dispuesta a dejarse hacer por el negro. También me quedaba claro que estaba dispuesta a todo para cumplir “nuestra fantasía”. Alrededor de las 20:55 horas, me llego un mensaje de Akeem, informándome que había arribado al hotel y que estaba en el Lobby. Le dije que bajaría y que me esperara un momento, que bajaría para conocernos. Mi esposa me dijo que me esperara hasta que ella me mandara el mensaje para que pudiera subir con quien se convertiría en su primer amante. Así que baje a conocer y recibir a Akeem. Al bajar conocí a un tipo de aproximadamente 185 cms. de altura, de piel obscura, bien vestido, bien acicalado, olía bien, de grandes manos y que llamaba la atención de las mujeres presentes en el lugar. Pasamos al bar y nos pedimos unos tragos para conocernos. Entre las cosas que le dije estaba que para poder penetrar a mi esposa, tenía que usar preservativos y me dijo que no me preocupara, que traía los necesarios para usarlos con mi esposa. Le dije que el sexo anal sería si ella lo quería y pedía, que si ella decía que no, era no. Alrededor de unos 30 minutos de haber bajado por Akeem, recibí el mensaje esperado por mi esposa: ¡Ya pueden subir!

Al ir subiendo por el elevador Akeem sintió mi nerviosismo y ansiedad a la vez, y apoyando su mano sobre mi hombro dijo No te preocupes, todo saldrá bien, soy un profesional!

Entramos a la habitación y desde la recepción de la habitación le avise a mi esposa que ya estábamos ahí. De la recamara salió mi esposa con un vestido de una sola pieza volado que le llegaba hasta medía pantorrilla, elegante, negro y con los botones del escote abiertos, por donde se podía preciar sus senos de mediano tamaño.

–         Le dije: Mi Amor te presento a Akeem, Akeem te presento a mi esposa. Saludándose ambos de beso en las mejillas.

Mi esposa se veía con un brillo en los de excitación y nerviosismo.

Les pedí que se sentaran, mientras servía tres copas de coñac. Se las entregue a cada uno y yo con la mía y empezamos a platicar banalidades, sobre todo cosas de nuestro matrimonio. Quería saber porque estábamos dispuestos a tener ese encuentro y sobre todo porque mi mujer quería tener sexo con un negro. Mi esposa le platico lo de la película xxx en el motel y lo que ocurrió. Lo que paso después y de la platica que derivo este encuentro. Después de varios tragos y como 1 de charla Akeem dijo:

–         Pues a lo que venimos, quiero ver el cuerpo de esta mujer que hoy voy a debutar y disfrutar como una hotwife!

Yo me levante y tome de la mano a mi esposa para que se levantara y la puse frente al sillón donde Akeem estaba sentado y me dijo

–       A ver marido, exhíbeme a tu mujer, quiero que tú me la entregues, desvístela para mi.

Tome a mi esposa de las manos y la hice caminar frente al negro Akeem, le di una vuelta y la detuve de frente a mi, para que el negro le viera sus nalgas generosas. Akeem, las sobo por encima del vestido por un momento y con sus dos manos y entonces me ordeno que le quitara el vestido, porque quería ver que había debajo ese vestido. Al desabrochar los botones y le quite el vestido, mi mujer mostró lo que había comprado en Victorias Secret. Traía puesto un conjunto de encaje negro, un brasier abierto y un cachetero también abierto del área de la vagina. Del brasier se asomaban sus senos, aureolas y pezones. Sus piernas estaban enfundadas en unas medias a medio muslo y al final unas zapatillas de tacón altos. Al verla así Akeem, se levanto de su asiento y se puso de frente a mi esposa, la cual no es muy alta precisamente y empezó a morbosearla como todo garañón, como el lobo azorando a su presa. Le acarició las nalgas y le sopeso sus senos. En un momento determinado Akeem, le dijo:

–         Abre las piernas zorrita, quiero ver que hay entre ellas…

Mi esposa cual sumisa mujer atendió la solicitud de Akeem, y abrió sus piernas y para sorpresa del negro, descubrió que mi mujer estaba húmeda, mojada. Estaba excitada.

–        Vaya, vaya con esta esposita tuya, mira que esta excitada y bastante. Se nota que estaba deseosa de comer carne ajena! Entonces Akeem, me dijo si quería esperar en el bar o ver como se aprovechaba de mi esposa y sacaba lo puta que había en mui mujer que yo no había sabido explotar.

Yo le dije que me quedaba, que prefería ver en vivo todo lo que ocurriera y que el trato había sido ese.

Entonces Akeem, le ordeno a mi esposa que se hincara frente a el, porque quería que esos labios carnosos hicieran lo que sabía. Mi esposa volteo a verme para pedirme mi aprobación, por lo que asenté con mi cabeza la solicitud del negro.

Mi esposa presta a mi autorización se hinco frente al negro y empezó a desabrochar el cinturón y pantalón de Akeem y al bajar su calzoncillo descubrió una verga que a pesar de estar en reposo, era grande y gruesa. Mi esposa volteo a verme y me esbozo una sonrisa perversa y se la introdujo en su boca. En realidad, se metió lo que podía, ya que esa verga negra era grande y entre mas la estimulaba mi esposa, esta se ponía mas gorda. MI esposa estaba encantada con semejante animal. La besaba desde la cabeza hasta los huevos de su nuevo macho. Se los metía a la boca, primero uno luego el otro. Los chupaba y los llenaba de su saliva. De vez en cuando me regalaba una mirada y una sonrisa complaciente. Después de estar así mamando la verga de Akeem, este le ordeno a mi mujer que se subiera a la cama y que se colocara en cuatro patas, ella obedeció de inmediato, subiéndose a la cama, poniéndose en cuatro y abriendo las piernas para lo que viniera.

Mientras ella se acomodaba como le dijo, el negro se colocó atrás de mi mujer, dándole dos cachetadas en las nalgas, a continuación la empezó a lamer el culito, muy lentamente de arriba hacia abajo con su lengua. La lengua de Akeem, hacia círculos en el, de vez en cuando el negro Akeem penetraba la vagina de mi esposa con la lengua y los alternaba con sus dedos; ante ello mi mujer arqueaba la espalda, porque la sensación era algo que le causaba mucho placer y era algo nuevo para ella. Con su lengua hacía círculos en su ano y ella misma le pidió que le metiera un dedo en el, el negro sin dudarlo se lo introdujo al tiempo que ya con su baca abarcaba su rajita y su culito, mi mujer tenía el rostro descompuesto lleno de lujuria de deseo, lo cual la hacía gemir y balbucear palabras

–         ¡Que rico mi amor! ¿Así querías verme? ¿Te gusta que este negro este usando a tu mujercita? Mira como me chupa y mete sus dedos en mi intimidad

En un momento determinado y sin poder evitarlo mi esposa se vino en la boca y dedos de ese negro, quien no dejo que sus jugos vaginales se desperdiciaran, se los tragaba todos, ya que mi esposa estaba hecha un mar de excitación.

Con voz entre cortada y sin fuerzas le pidió dijo al negro que se la cogiera

–         Quiero que me metas tu vergota en mi vagina ya, destrózame la panocha de mujer casada y quiero que mi esposo vea que su esposa es una puta hecha y derecha, quiero que vea que si me la trago toda completa!

Ante dicha petición de mi mujer, el negro Akeem, saco de su pantalón una caja de condones que traía consigo tamaño XL y una vez puesto como debe, apunto su enorme verga en la rajita de mi mujer y está al sentir la gruesa verga negra que la penetraba, se empezó a quejar

–        Maldito negro hazlo despacio, pero no te detengas, sigue adelante, quiero sentir tu vergón dentro de mi panocha, pero despacio le decía mi mujer

Con gran maestría y paciencia, la enorme verga de Akeem poco a poco se fue abriendo espacio en la panochita de mi mujer hasta llegar a tope. Pude ver los ojos de mi mujer casi a punto de salirse y en blanco, por lo que le pregunté

–         Estas bien cariño? Quieres que Akeem siga cogiéndote? Ella min respondió con un SI! Después el negro la empezó a bombear bien rico y a cada metida de verga del negro, mi mujer lanzaba una serie de gemidos que me ponían bien cachondo, así estuvo un largo rato, nada más se oía el golpe seco de los huevos del negro cuando pegaban en sus nalgas, cuando se la metía toda. Después el negro, se tendió de espaldas en la cama con la verga bien parada, al tiempo que mi mujer se acomodó la verga del negro con las manos en la entrada de su vagina, dándose un rico sentón se la trago toda, mientras veía como se la tragaba, me empecé a sobar la verga, tratando de contener la eyaculación.

Para ese entonces Mi mujer tenía un buen rato cabalgando al negro, tal como lo había deseado, después, el negro la volteo, se acomodó sobre ella y la empezó a bombear, al principio con rapidez, sacándolo un sin fin de gemidos y gritos de placer, hasta que la hizo venirse profusamente por segunda vez, entre gritos y quejidos de placer. Ella tuvo un largo orgasmo, al tiempo que el negro, todavía la estaba bombeando muy lentamente, en deliciosas estocadas profundas, la puso en cuatro patas y se la dejo ir todita haciendo gritar de gusto a mi vieja. El negro Akeem no pudo más y tomando a mi esposa de la cintura se la arremango hacia él y empezó a venirse emitiendo un grito de placer; si este no hubiera tenido el condón puesto, la hubiera embarazado de tanta leche que echo.

Después de terminar el negro se quedó un momento quieto y le pidió a mi mujer que le limpiara su verga. Min esposa ni tardo ni perezosa acostó a Akeem, boca arriba, le quito el condón y empezó a mamar esa verga negra, la cual aún estaba dura. 

Mientras lo hacía, Akeem volteo a verme y me dijo

–        Tu esposa es una experta mamadora, con esa boca que tiene hace maravillas, ojalá se anime a seguirlo haciendo, tengo unos amigos que estarían encantados en que ellas los atendiera con su deliciosa boca.

Yo observaba la escena y la manera en que mi esposa se entregaba a su tarea de meretriz mamadora y entonces Akeem tomo el condón lleno de su esperma y lo vació en su verga, para que mi mujer se lo tragara. Mi esposa siguió mamando esa verga y tragándose la leche del negro sin ningún asco, ya que también se traga los míos cuando me hace el oral.

Por fin Akeem volvió a vaciarse en la boca de mi mujer haciéndolo terminar con una exclamación de placer, esa que los hombres sienten cuando estan llegando a su clímax.  Cuando el negro se recuperó se levantó y se metió a bañar, salió del baño desnudo, se cambió, le dio un beso en la boca a mi mujer, estrecho mi mano, no sin antes decirme que mi esposa era una joya, a la cual había que ´pulirla un poco y que estaba seguro que sería toda una hotwife experta en poco tiempo. Y se retiró del cuarto, dejando en la cama a mi mujer y yo viéndola desnuda y recién cogida por un extraño. No dije nada, le serví otro vaso de coñac, se lo tomo de un trago y después se acostó de nuevo y se queso bien dormida. Todo por la tremenda cogida que le dio el negro, yo aproveche que estaba desnuda y aún mojadita, estaba excitado y le abrí las piernas para cogérmela, la verdad no dure mucho por toda la excitación contenida y antes de terminar fue ella, mi esposa la que ,me pidió que terminara dentro de ella, cosa que hice exclamando ¡Que rico, toma mi leche putita, tomala!

Después de eso, el domingo nos despertamos a media mañana, hicimos la maleta y de vez en cuando platicamos sobre esa noche con el Negro Akeem, de la manera en que se la cogió y en veces cuando estamos haciendo el amor me dice que tiene ganas de volver a coger con Akeem y que ahora si lo haría sin condón, lo haría a pelo. Cosa que me hace explotar dentro de su vagina.

En verdad esa experiencia nos abrió la mente a los dos y dio pie a una nueva vida como matrimonio…

Por elpolicia2006

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