Estas son solo reflexiones y opiniones de un cincuentón que le gustan las películas eróticas y que no es un crítico de cine
Sinopsis: Romy es una alta ejecutiva que inicia una ardiente aventura de sexo extremo con su joven becario, Samuel (Dickinson) a espaldas de su marido Jacob (Banderas). Romy invertirá su rol habitual en el trabajo, pasando de ser quien da las órdenes a disfrutar siendo sometida en la cama. Esta relación extramatrimonial le permitirá encontrar el camino hacia su libertad sexual, a pesar del riesgo y los prejuicios.
Buena chica
Esta no es la película que esperaba. A veces se sentía incómodo, con escenas dignas de vergüenza. Por mucho que disfruté de Nicole Kidman, Harris Dickinson no fue agradable para mí en la pantalla. Sentí que podría haber sido más sexy y más satisfactorio. Literalmente me reí de algunas escenas cuando debería haberlas disfrutado. Un tema que me gusta, pero este no era para mí. ¡Antonio Banderas encajaba perfectamente para el papel! Te sentías por el marido, y yo compré su dolor. Realmente desearía que esto hubiera sido mejor, pero tal como está, no creo que me importe volver a verlo.
Domesticar el erotismo
Lo que realmente lleva a esta película son las dos excelentes interpretaciones centrales de Nicole Kidman y Harris Dickinson. Sin ellos, esta película sería completamente olvidable, particularmente porque esta película realmente no abre nuevos caminos en su género y la trama es delgada. Sophie Wilde y Antonio Banderas también son buenos en sus papeles secundarios. Kidman es genial al interpretar a una mujer que quiere hundirse en sus deseos, pero está constantemente en conflicto al hacerlo.La banda sonora, la banda sonora, la atmósfera, el vestuario que usa Kidman y la cinematografía realmente elevan esta película. La película se siente muy fría y distante, lo cual está en consonancia con nuestro protagonista. Como se mencionó anteriormente, el mayor problema de la película es que la historia es tenue y no es realmente nada nuevo. Es sorprendentemente manso para lo que es. Casi se sentía como si la película estuviera cohibida y asustada de ir allí y ser lasciva. Pero tal vez eso fue intencional, para reflejar la renuencia de Romy a ir allí ella misma. Si bien hay algo de desnudez, nunca se siente realmente sexy. Sin embargo, tal vez esa era la intención del director. Mientras que las escenas de sexo en los thrillers eróticos tienden a ser sexys, apasionadas, lascivas, casi fantásticas, las escenas de sexo en esta película se sienten muy orgánicas e incluso incómodas a veces. Entre Romy y Samuel hay silencios incómodos, confusiones sobre qué hacer a continuación, inseguridades sobre la intimidad. El resultado es que te sientes como una mosca en la pared. Sin embargo, como espectador, eso es tanto positivo como negativo. Positivo porque se siente realista, tal vez identificable. Pero negativo porque gran parte de la película es difícil de ver. Lo que realmente habría elevado esta película es dar cuerpo al pasado de Romy y sus oscuros deseos.
Un detalle que tuve con la película es con respecto a los tatuajes de Samuel. Se sentía como si fuera un estereotipo de chico malo andante; Los tatuajes se sentían un poco demasiado en la nariz y obvios. La sola presencia de Dickinson era suficiente para señalar a la audiencia su interioridad oscura y dominante. Encajando con ese punto: si bien fue refrescante ver una dinámica de poder en una película en la que el más joven de los dos partidos tiene el poder, como generalmente se retrata como lo contrario, el salto abrupto de un nuevo pasante a un romance prohibido con su jefe fue discordante e inverosímil, si hemos de creer que esta película tiene lugar en la realidad. Pero la presunción del director aquí muy bien puede ser una versión aumentada de la realidad, una fantasía.
Dicho esto, vale la pena echarle un vistazo a la película, aunque solo sea por la gran actuación.
