Flamingo Street (Comix)

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Preparando el terreno. El destape de los españoles

El Ministerio de Información y Turismo, representado en la persona de Manuel Fraga Iribarne, favoreció la apertura al exterior en la década de los sesenta mediante la potenciación del turismo y la formulación de una nueva Ley de Prensa e Imprenta en 1966. El turismo, a su vez, aumentó la entrada de personas y costumbres foráneas que de alguna forma influyeron en la mentalidad ibérica. Los españoles pudieron comprobar (o suponer) que en otros sitios las cosas se hacían de otra forma, y que aparentemente las mujeres “eran” de otro tipo.

«La mujer española, sometida a la dura disciplina paterna […] y a las costumbres impregnadas de puritanismo religioso de la época […], difícilmente podía competir con esas chicas de relajadas costumbres, que bebían, fumaban y enseñaban piernas y ombligo»[3].

La mujer como objeto de deseo comenzó a tomar protagonismo en las ficciones producidas en España, y los españoles comenzaron también a hacer turismo para disfrutar de las ficciones que se hacían en el extranjero. En España se fue incrementando la presencia de muslos desnudos y amplios escotes en la cinematografía nacional, primero por las fogosas extranjeras (como en El turismo es un gran invento, de Pedro Lazaga, en 1968) y después por el fenómeno del landismo, nombre que se dio a una serie de películas protagonizadas por Alfredo Landa desde No desearás al vecino del 5º (Ramón Fernández, 1970), caracterizadas por un humor grueso, picante, que trataba al español medio como un reprimido y gustaba de satirizar temas de actualidad. A partir de 1973, tras el estreno internacional de El último tango en París (Last tango in Paris, Bernardo Bertolucci, 1972) y su prohibición en España, surgió una curiosa migración (un turismo inverso, podríamos decir) a las ciudades fronterizas del país galo para ver las películas que no podían proyectarse en el terruño, habitualmente de alto contenido erótico.

«Los célebres viajes a Perpiñán y a Biarritz, que habían nacido como un hecho aislado protagonizado por intelectuales, militantes políticos, cinéfilos y niños bien, derivaron en masivos y multitudinarios éxodos de fin de semana»[4].

El espectador ansiaba libertad (y tetas) y el aperturismo, el landismo y todas las películas cómicas que surgieron a raíz del mismo acabaron dando pie al cine de destape.
El destape, término acuñado por el periodista Ángel Casas[5], hacía referencia a la exposición más o menos velada, más o menos abundante de contenido erótico. Casi siempre se tradujo en mostrar exuberancias femeninas, y destacó sobre todo en el cine, pero el destape fue un fenómeno que invadió todas las áreas del entretenimiento y del ocio en España. Aun avanzando con tímidos pasos, el destape se extendió sobre todo tras la muerte del dictador en 1975 y la proclamación de nuevas leyes de censura. Primero fueron los pechos, sin mostrar los pezones; después los pezones, después los traseros, finalmente los desnudos frontales, que provocaron al mismo tiempo alborozo e indignación. Tras el primer desnudo integral de María José Cantudo en La trastienda (Jorge Grau, 1975), mostrar carne se volvió una de las “necesidades del guión” insoslayables en el cine español, e innúmeras las “actrices del destape”. Fueron los tiempos gloriosos de Nadiuska, Ágata Lys, Susana Estrada, Amparo Muñoz o Victoria Vera. Desde 1975, las obras de teatro (eso sí, más serias) que procuraban el desnudo de sus actores se volvieron frecuentes (y exitosas). Por ejemplo, en 1976 se representaron ¿Por qué corres, Ulises?, de Antonio Gala, con Victoria Vera mostrándose semidesnuda; Equus, de Schaffer, con desnudos integrales; La carroza de plomo candente, también con Victoria Vera o Cándido.

«Como consecuencia lógica de más de cuarenta años de represiva actuación gubernamental, nuestro teatro se ha visto afectado por los dos mayores deseos de su público: ver sexo y política libres. Éste ha sido el signo que engloba la actividad del año 1976»[6].

Esta historia continuara (tomado de www.tebeosfera.com)

Descargar desde aquí

[4] PONCE, Jose María, op. cit., p. 21.
[5] Como cita Jaume Figueras en Adivina quién te habla de cine (Plaza & Janés, 2004), a su vez citado por José María Ponce en El destape nacional, p. 14.
[6] ANÓNIMO. “1976. El «boom» del desnudo”. Play-Lady, 45, enero de 1977, p. 58.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. prete

    Gracias por este aporte y.. a seguir muchos años.

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