Estas son solo reflexiones y opiniones de un cincuentón que le gustan las películas eróticas y que no es un crítico de cine.
Sinopsis: Un hombre casado invita a una mujer a su casa para que viva con él, justo antes de la llegada de su esposa, que regresa de un manicomio.
Jess Franco se pone manos a la obra una vez más
El playboy casado Antonio (una representación suavemente viscosa de Antonio Mayans) invita a su joven y lujuriosa amante Julia (interpretada muy bien por la deliciosa musa de Franco Lina Romay) a vivir con él en su lujosa casa casi al mismo tiempo que su esposa Martina (la rubia Rocío Freixis) es liberada de un manicomio.
Naturalmente, Franco relata la historia absorbentemente sórdida a un ritmo deliberado y se regodea por completo en una atmósfera deliciosamente decadente y depravada, al tiempo que ofrece mucha carne femenina desnuda y sabrosa y mucho sexo obsceno abrasador. El uso de tomas largas de Franco y la banda sonora melancólica de Daniel White mejoran aún más el estado de ánimo general de libertinaje de drogas. Además, los tres personajes principales son realmente crueles, hastiados y mentirosos, y solo Juan Soler como el guitarrista simplón Fenul provoca alguna simpatía en el espectador. Buena diversión sórdida.
Gritos de placer
Un remake de Plaisir a trois, una película anterior de Jess Franco que se inspiró en la obra del Marqués de Sade, encuentra a Antonio (Antonio Mayans) como el aspirante a amo de su casa que afirma que todo está permitido por el bien del placer. Lleva a Julia (Lina Romay) a casa para que conozca a su esposa Martine (Rocío Freixas) justo cuando ella es liberada del manicomio, ya que planea usar su enfermedad mental para finalmente deshacerse de ella y huir con su joven amante. Viendo cómo esta película termina con él estrangulado y luego entrelazado dentro de los muslos del otro, bueno, las cosas no parecen funcionar.
Juan Soler interpreta a Fenul, el sirviente mudo que existe simplemente para entrar en escenas de amor y tocar la guitarra y Elisa Vela es Marta, una criada, pero las tres personas que más importan son Antonio, Julia y Martine.
En 1982, Franco regresó de Francia y Alemania, lugares donde finalmente había escapado de la censura de sus orígenes. Ahora que el general Franco -sin parentesco- se había ido, esos estándares caducaron y se dio el gusto de hacer al menos doce películas solo en este año.
En esto, Franco extiende sus tomas y, aunque esto parece ser una película softcore sexy en la superficie, debajo de ella todo es perdición. Nadie hace el amor por placer, sino por poder o para tratar de evitar ser destruido o simplemente para encontrar algo, cualquier cosa en este mundo perverso a la que aferrarse. Las películas sexys en las que nadie puede excitarse realmente son un género extraño en el que estar, pero aquí estoy.
Franco de siempre
Las películas de Franco son siempre baratas, rápidas y fáciles, y sin embargo, la magnífica cinematografía siempre las eleva al siguiente nivel y las convierte en arte. Imagínese si realmente dedicara tiempo y esfuerzo a crear una historia emocionalmente impactante con un buen ritmo. De todos modos, sus películas siempre tienen una sensación de abandono absoluto y verdadera pasión que realmente te permite perderte en ellas. Se puede decir que realmente creen en lo que están haciendo, e incluso si es una película barata, no son solo dinero, son su visión artística personal, aunque esa visión realmente se trata principalmente de placer carnal y transgresión. Esta, como muchas de las películas de Franco, está basada en una obra de De Sade. Me gustaría saber cuál, disfruto de De Sade y creo que sus obras son divertidas, satíricas, filosóficas, alegres en su transgresión de los códigos sociales pero mordaces en su ingenio y obvias en su naturaleza lúdica. Al igual que Franco. No se trata de obras de violencia fría y dura y de tortura. Son obras eróticas de humor que desafían a la sociedad y a la moral con violencia y tortura. Y sexo. Y eso es diferente… En mi opinión.
Me gustaría que hubiera un poco más de trama aquí, ya que hay más escenas de sexo que escenas que avanzan en la historia, pero tal vez eso también sea cierto para De Sade. Sin embargo, tal vez no, ya que las historias de De Sade suelen estar plagadas de largos monólogos filosóficos.
Eso no quiere decir que la trama no exista, hay una trama y es bastante interesante, es solo que la mayor parte de la película en realidad no la involucra.
De todos modos, una muestra absolutamente maravillosa de libertinaje, elevada por un trabajo de cámara decadente. Clásico Jesús Franco.
